Nuestra historia se suma a tradiciones y emprendimientos de un quiteño que inicia sus labores en el año de 1906, es Alfonso Romero nuestro abuelo quien se especializo en la construcción de alambiques de cobre con tecnología aprendida en España de manos de un gran artesano el señor Pastor García.

Alfonso Romero crea su taller en la calles Bustamante y Mejía del barrio la Marín en el centro de ese Quito colonial del siglo XIX.

Entre sus clientes estaba la familia Flores que destilaba el famoso Mallorca Flores de barril y el famoso “guagua montado” que era la bebida popular y tradicional del Quito de aquellos tiempos. También en este taller se construyó gran parte de la cervecería La Victoria ubicada en la avenida 24 de Mayo.

La favorita de los quiteños era la cerveza negra que se la vendía en la Bodega Palermo de la familia Guerra, esta quedaba a veinte pasos del taller el cual tenía un rotulo que decía “se fabrican alambiques estilo moderno”. Mientras los veteranos de la época jugaban ajedrez y tomaban una cerveza negra en la bodega Palermo, estos podían ver las grandes ollas de cobre brillando listas para ir a producir la exquisita cerveza.

Por su gran calidad los alambiques también eran enviados a diferentes partes del país como por ejemplo a los grandes cañaverales del Valle del Chota que estaban a cargo del comandante Rivadeneira. Tambien se embarcaban en el tren con destino a Bucay provincia del Guayas donde actualmente se encuentran extensos ingenios azucareros.